Campamento a Ecomuk

Las fotos que siguen son después de los huevazos a los recién promesados.

Joe y Pau
Escena de Sancho Cucarachrix (Beto y Migue)
Joe y Pau
Village People (Jalil, Rober, Mahatma, Mariano, Tony) Nótese la súper-casa de campaña
Los hados no están de nuestro lado, y menos en domingo... lo comprobamos nuevamente.
Hubo un incidente inolvidable, una broma a los caminantes: A alguien se le ocurrió poner grenetina al agua que traían, mientras era de madrugada. ¿Quién fue? ¡Quién sabe! Algún maldoso por ahí, o los hados tampoco los quieren a ellos.
Son casi todos, pero no me sé los nombres
Pusimos cuerdas y pasamos por ellas con paso del mono, del capitán, del sargento, telaraña, cuerda libre, y una equis maniática que colocaron los de Welland.
Jalil y Rober poniendo la telaraña
Y las claneras bien rebeldes, subidas las cuatro en la doble cuerda, enseñando todo (la pierna) y bien quitadas de la pena
Karina, Adriana, Mely y Samanta (izq-der)
Mientras nosotros sudábamos poniendo cuerdas.
Después se supone que tendríamos un mini curso express del nuevo esquema, pero Rober y yo huimos para ir a dar las invitaciones de nuestro próximo campamento de grupo.
Cuando todo hubo terminado, trepados en la camioneta de Rober con algunos expos (perdón, caminantes) de contrabando
nos fuimos a McDonald's por conos.
(Por Mahatma)
Después de este memorable suceso por fin les pusieron la pulserita del evento y pudieron pasar a bajar las cosas del camión, que ya les esperaba ahí.
Entonces comenzó el montaje del campamento, que no sería un alarde de alto pionerismo ni mucho menos. No. Era un sencillo pero ingenioso concepto basado más que nada en la imagen y en la funcionalidad, lo cual fue favorecido por el terreno de acampado que se asignó.
Y gracias a eso ganaron un segundo lugar en campismo de grupo, así como un librito de B.P. (parece que era Qué hacen los scouts o algo así) que fue integrado de inmediato a la biblioteca del Clan. Pero no fue tan fácil como parece. Habían acontecimientos por venir. Por ahora hay otras cosas que deben ser contadas.
Cosas como la inauguración no, porque fueron vividas por todos. Basta decir que fue buena. Y cuando terminó fueron a cenar, y a vender bufandas de las que aún quedaban en existencia. Parece que el Clan no es muy diestro en cuestiones de ventas, porque con toda la mercadotecnia ideada meses atrás apenas se vendieron unas cuantas, y se regalaron muchas otras. Por ejemplo, era el cumpleaños de Lorena, del grupo 79 Benito Juárez, quien invitó a Mahatma y al resto del clan a partir el pastel, y pues lógicamente había que regalarle algo, aunque Mahatma no festeje los cumpleaños. Como él ya conocía a los de ese clan sólo les presentó al resto de Saint Sepulcre, y estuvieron platicando un buen rato, hasta que llegó la hora de ir a dormir.
Ya el sábado, el día de los concursos, Mahatma propuso que se inscribieran a Cuento Express. Pero aún había tiempo, y se dedicaron a recorrer campamentos, a ver las exposiciones y todo eso, y a esperar que llegaran los del concurso de campismo a evaluar el campamento. Pero dieron las doce y no llegaban, la una y no llegaban... Y mientras Jalil esperaba con Nayelli del 79 y Mahatma para leer su cuento, Roberto emitió un desperado mensaje por la radio:
-¡...ey, corre! ¡Al campamento! ¡Rápido!
A lo que Jalil ni siquiera respondió, pues salió disparado hacia allá. Por supuesto que ni Mahatma ni Nayelli ganron el concurso, pero ahí estuvieron otro rato, esperando.
Lo que había sucedido, y que requería tan repentina presencia de Jalil, era que un cable de los que sostenían la fachada del campamento había agredido al pie de Pooh, sin provocación aparente. Así se cayó toda la estructura, porque la insensatez e imprudencia de ese cable desestabilizó todo. Y el Clan tuvo que remodelar el sepulcro, por lo tanto. Vaya día.
Esta es la historia del viaje como la vivimos los miembros del Clan Saint Sepulcre del grupo 42 Guadalajara, y comienza el jueves 17 de Noviembre, cuando comprendieron que toda la planeación, que había tomado varios meses, era insuficiente. No es una de las cualidades como Clan, pero es una realidad eso de que se tiende a posponer las cosas a último minuto. "Es para ponerle más emoción al asunto" dice Erick, "el Pooh".
Entre las cosas que no habían preparado estaba el practicar la elaboración de la portada del campamento, porque tan sólo un par de días atrás Jalil y Robert habían conseguido los bambúes que constituían la estructura… y todavía estaban verdes. Muy resbalosos. A Jalil y Armando, quien fue jefe de la sección por un corto tiempo, les costó mucho trabajo levantar la portada, y eso que Armando es una eminencia en aquello de los amarres y los nudos. Para cuando llegó Juan Pablo, "Mahatma" ya había oscurecido y la estructura seguía ahí. Hubo que desmontarla para cargarla en la camioneta de Roberto, quien llegó poco después. Y a preparar la ficha técnica que explicaría la organización del campamento.
Resulta difícil concebir cómo es que el campamento, a pesar de todo, no fue un fracaso, considerando todos los pendientes que no estaban resueltos. De casa de Jalil tuvieron que ir al parque a esperar a Tony y Pooh, buscar los radios y después a comprar la comida. Se supone que la salida del camión sería a las once de la noche, en un parque que estaba a una hora del punto de reunión y que nadie sabía exactamente dónde quedaba, y a las ocho y media aún no se habían aprovisionado. La excursión al Wal-Mart fue de lo más divertido. Mientras Tony se estacionaba en Plaza Galerías, Roberto, Mahatma y Jalil entraban al supermercado para comprar lo que habían pensado como menú, y mantenían comunicación con Tony a través de los radios, que se cruzaban con la frecuencia de los guardias de seguridad. Se pasearon trepados en el carrito del supermercado cual chiquillos en un parque de diversiones, y después vino la polémica decisión acerca de qué lámpara comprar para el uso del Clan.
Una vez de vuelta en el parque se organizó la salida repartidos entre el carro de Tony y la camioneta de Roberto, donde iba todo el equipo. Ya en el otro parque el mar de gente hacía pensar que el camión ahí estacionado no sería suficiente, así que descargaron las cosas junto al camión y buscaron al encargado para asegurar los asientos. Las claneras y expedicionarias ya estaban ahí, pero faltaba aún que llegara Adrián, "el Zote", un expedicionario en ruta de enlace que estaría acompañando al Clan. Después que llegó, y con un poco de retraso, el chofer arrancó cargado de un grupo de Scouts de varios lugares de Guadalajara, Puerto Vallarta y hasta Nayarit, y salió de Guadalajara tranquilamente, como preparándoles para entrar en la inconciencia del sueño. Y no tanto, porque un rato después apareció en las pálidas pantallas una película de Harry Potter, que con su terrible doblaje a la española lograba impedir que algunos se entregaran a dormir.
Las ruedas avanzaron por la carretera a la par que la noche, y la alborada sorprendió al chofer perdido entre las calles de Toluca. Lo que todos se preguntan es ¿por qué demonios entró a Toluca el tipo? Nadie sabe qué tenía ese hombre en la cabeza, porque un rato después estuvo dando vueltas por el periférico de la ciudad de México, tal vez quería pasear a los viajeros, para que conocieran Plaza Perisur, el Ajusco, el Tec de Monterrey, vaya nadie a saber. Dio el mediodía y apenas en la salida a Morelos. Qué desperdicio del tiempo. Un par de paradas técnicas para ir al baño y tomar un refrigerio entretuvieron un poco más la agenda, y la llegada a Tepoztlán fue hacia las dos de la tarde. Dado que el registro al evento comenzaba a las cuatro, dio tiempo para que, quedándose Jalil y Samanta a hacer fila, los demás se pasearan por el pueblo
Jalil Alejandro Sánchez Ruiz
Hijo de padre y madre Scouts, toda su familia está activa en el movimiento; sus padres como dirigentes, una de sus hermanas en clan y la otra como miembro de las guías.
Sus tíos y primos también participan en el movimiento, y alguna vez lo hicieron sus abuelos, lo que ha inculcado en él desde pequeño el espíritu Scout, ayudándolo a entender lo que es ser Scout, pero principalmente llenarse del espíritu del Escultismo.
Scout desde 1995, primeramente como lobato, llegó a ser seisenero de las seisenas amarilla y blanca, obteniendo los adelantos del Seeonee y el Khaniwuara.
Ya en la Tropa Scout ocupó el cargo de Guía de la patrulla Águilas, creando tiempo después la patrulla Búfalos, inspirado en la patrulla que formara su padre, tiempo atrás en el Distrito Federal.
En la Tropa Scout obtuvo los adelantos de Caminante, Explorador y Kon-tiki. Así mismo logró la especialidad de Deportes en su segundo grado, y la de Ciencia y Tecnología. Su trabajo le valió también la insignia de Punta de Flecha por haberse destacado en tal competencia.
En su siguiente etapa como Scout debió poner mucho más esfuerzo, pues sólo estaban trabajando como expedicionarios otros dos Scouts, teniendo que luchar los tres por reavivar y fortalecer la Expedición de su grupo.
Como expedicionario, a la vez que participaba en varias actividades y campamentos, llegó a conseguir los retos de Descubridor, Pionero y Apolo, así como las especialidades de Deportes en tercer grado, Seguridad y Rescate, y Ecología.
En toda su vida scout ha participado en innumerables eventos desde caminatas, rallys, campamentos familiares, campamentos con cristo, actividades económicas y de servicio, destacando entre ellas el cuarto servicio papal en la Ciudad de México.
Entre sus planes futuros se presenta el reto de terminar su vida como Rover Scout, apoyando en todo lo posible a la sección y trabajando por sí mismo, sin olvidar el compromiso del servicio.
El ser Scouter y Dirigente forman parte de sus planes futuros, siendo un gusto y una inquietud para él participar en las secciones menores de Manada y como Dirigente le es atractivo el puesto de Vocal de Relaciones.
De ser elegido como participante en la Asamblea Nacional buscará, con propuestas e ideas, dar apoyo a los grupos Scout para desarrollarse, por medio de extensiones de prórrogas para sus registros y promocionando al movimiento Scout en general.
También buscará que se preste especial apoyo a las secciones de Manadas entendiendo que estas son el semillero del movimiento, procurando buscar que en la conciencia de los niños se impregne la idea de que los Scouts son un movimiento de formación integral, parte de la vida y que su espíritu es capaz de envolver a cualquiera.
Es así como Jalil Alejandro se presenta ante ustedes, respaldado completamente por el Clan y por el Grupo Scout 42 Guadalajara, como un Scout en busca de devolver al movimiento un poco de lo mucho que éste le ha dado y con ganas de participar activamente en la mejora del Escultismo, ya sea como asociado Scout o como miembro del Clan.
Atentamente
Clan Scout Grupo 42
Saint Sepulcre
Todos concordaron al volver a Guadalajara en que el viaje a Celaya no había sido sino una serie de eventos desafortunados. A pesar de ello sucedieron tantas cosas que no podría decirse que se trató de un desperdicio. “Ni sí, ni no, sino todo lo contrario”.
La noche del viernes todavía, los miembros del Clan Saint Sepulcre iban apenas llegando al punto de reunión, la casa de Jalil. No sabían a ciencia cierta cómo diablos llegarían a Celaya. Armando discutía con ellos la mejor forma de viaje, con mapas, horarios de camión y muchos argumentos hasta que todos decidieron que lo mejor sería salir a bordo de un Primera Plus, desistiendo de la idea original de pedir aventón.
Dado que el autobús salía de la Central en la madrugada, los claneros se divirtieron un rato jugando box con los guantes de Jalil. Primer Round: Pooh contra Mahatma, y más que pugilismo era lucha libre, o algo así. Segundo Round: Roberto recién llegado contra Pooh, que le metió una tunda impresionante. Se dice que los chaparritos son más ágiles, pero a Robert seguro que ya le estorban los muchos meses de haber estado en McDonald’s.
La reunión continuó adentro del cuarto hasta que, sin haberse dado cuenta nadie, llegaba el tiempo de partir. A fin de cuentas Mariano y Tony no pudieron ir, así que sólo eran cuatro los viajeros que irían a Celaya: Jalil (Modesto), Roberto (Rober), Erick(Pooh) y Juan Pablo (Mahatma).
Caminando por la ciudad, mochila al hombro, sábado, a la una de la mañana, lo primero que se piensa es llegar a dormir al camión para reponer las horas en velo, pero para ello hay que caminar a la glorieta donde ya ni siquiera los carros del sitio se encuentran. Así les sucedió a ellos, de manera que tuvieron que llamar por teléfono un taxi, mientras eran observados con curiosidad por algunos borrachos encaramados a una troca.
A bordo del auto las calles se deslizaban tan ligeras delante de sus ojos que pronto ya el taxi se había transformado en sala de espera. Como desde hace mucho ninguno de ellos había estado en la Terminal de autobuses se dijeron que la remodelación más bien la hacía parecer como un Aeropuerto.
Con los boletos marcados para las dos treinta y con nada en el estómago, lo primero fue comprar hamburguesas en el snack, por lo menos no eran McDonald’s, aclaraba Mahatma, y una vez con la bodega un poco más cargada pasaron a la sala de espera junto a los andenes para que el camión no se fuera sin ellos, además de aprovechar para practicar la obra de teatro que pretendían presentar en Meztitla. Y otra vez el tiempo corrió aprisa dentro de la sala hasta que una voz cansada, como de enfermera de Hospital, anunció que el camión a Celaya estaba a punto de partir, a lo que todos los músculos de los cuatro reaccionaron inmediatamente, como resorte.
Los tipos del andén se veían enojados, sobre todo el chofer y la “azafata”, quienes tenían muy presente que el retraso podían agradecerlo a los claneros, y su enojo pronto se vio incrementado cuando se les hizo saber que todos los lugares en el camión estaban ocupados.
Tras una migración de gandallas que ya se habían apoderado de un asiento, propiciada por la “azafata”, y con el sonido de un bebé llorando a todo pañal, por fin los cuatro uniformados de rojo tomaban posesión de sus asientos correspondientes, que los transportaron no sólo a Arandas o a León, no sólo a Irapuato, Salamanca y Celaya, sino también, y más importante aún, a la región clara y oscura donde se encuentran los sueños. A fin de cuentas era lo mismo ir dormido o despierto, porque de cuando en cuando alguno de ellos se despertaba sólo para comprender que no tenía ni idea de dónde estaban.
Incluso estando ya en la “Central Platanera” de Celayork ninguno de ellos estaba seguro de haber llegado, a no ser por un ambiguo indicio proporcionado a manera de seña por un graffiti a la entrada de la ciudad. Mas pronto se esfumó la duda que podrían haber albergado en algún momento, los botes de cajeta por todos lados anunciaban que, efectivamente habían arribado a Celayork.
A la salida de la central dejaron las mochilas sobre una plataforma. El deber llamaba a Robert y a Pooh, así que mientras ellos se ocupaban de sus asuntos Mahatma y Jalil esperarían al tío Efrén. Como es bien sabido por todos, el ocio puede considerarse como el progenitor de toda brillante idea, y en este caso generó una de ellas en Jalil.
-¿Qué pasaría si ponemos las mochilas en el suelo, del otro lado, y nos agachamos para que no nos vean?
-Vamos- dijo Mahatma tomando dos mochilas.
Así tumbados en el suelo por un buen rato llevamos a la práctica el experimento. A no ser por los pies de Mahatma, que estaban mal colocados, Roberto y Erick hubiesen seguido buscando por toda la ciudad sin dar con sus amigos.
-Los estábamos buscando- dijo Erick al llegar.
Al parecer no les agradó la broma.
Entonces todos notaron que un grupo de Scouts, principalmente lobatos, se estaba reuniendo también, justo del otro lado de la plataforma. Roberto reparó en un clanero que esperaba con sus cosas detrás de donde estaban y decidió ir a saludarlo. Una actitud muy amigable de su parte, a falta de una palabra que la describa mejor. Después de andar por ahí “coqueteando” con el clanero celayense, Roberto se reintegró al grupo cuando intentaban poner en práctica la idea de una foto que se le había ocurrido a alguien, y haciendo gala de quién sabe qué dotes circenses para mantenerse sobre los hombros de los demás, por fin quedó la fotografía. Poco después el tío de Jalil llegaba en su vehículo, explicando que la antena de la ciudad rebota los mensajes de celular en las torres de los “rascacielos” de Celayork y por eso llegan varios minutos tarde.
Pasaron entonces a la Liconsa para que Jalil recogiera personalmente la dotación de leche del día, y el señor se dignó a posar para las fotos in memoriam de aquella ocasión. Fue uno de los sucesos más comentados durante el desayuno en casa del tío Efrén, además de algunos otros temas obligados como los precandidatos a la presidencia de la república, o un apasionado debate sobre la pena de muerte.
También hubo tiempo para inspeccionar el taller del tío y conocer al “relámpago azul”, aquel Datsun que seguramente en otros tiempos habría sido todo un señor carro; hubo tiempo para visitar a los otros tíos de Jalil, y tiempo para acomodarse en la casa que los albergaría por la noche, comer algo de chatarra sólo para no traer vacía la panza, e ir por fin al parque donde todo el evento estaba planeado, donde se reúne el Grupo Cuatro.
Hubo momentos en que parecía que todo se iba a quedar en los planes, porque no llegaba nadie, la impuntualidad de la gente tenía todo pendiendo de un hilo.
Tal vez habrían tenido tiempo de ir a visitar la ciudad de Guanajuato y hacer otras cosas, de no realizarse el evento. El caso es que por fin como a las cuatro de la tarde comenzaron a llegar los niños y el trabajo apenas se iniciaba para los todos. Las primeras labores consistieron en colocar las banderas de grupo y de sección, y ayudar a un grupo de gacelas a colocar su tienda de campaña con forma más bien de carpa de circo. Si bien las estacas no resistieron la dureza del suelo en que debían ser clavadas, esto pronto fue remediado por Erick que se ganó a pulso el título de dios del rayo, por su labor enderezando estacas.
Fue tiempo entonces de crear la pista comando, se tendieron las cuerdas para distintas pruebas y se instaló un pecho tierra. Pronto ya todo estaba listo y mientras los niños terminaban su otra actividad a Mahatma se le ocurrió jugar Changáis, y Roberto demostró nuevamente su vocación a la ingeniería (calculando trayectorias) y la habilidad que tiene para ese tipo de juegos.